Todo un éxito de participación 18 personas, 10 adultos y 8 niños nos dimos cita en el Oasis a las 9 de la mañana para hacer la vereda de la Estrella, una ruta de senderismo en la cabecera del Genil y disfrutar del monte entre amigos.
Tras un recorrido en coche que parecía no tener fin, llegamos a la Estación de Maitena en Guejar Sierra donde dejamos los coches e iniciamos nuestro recorrido.
Construida en 1.890 para dar salida a la galena y pirita de las minas de la cabecera alta del valle del Genil, la vereda de la estrella se adentra en la ladera norte de Sierra Nevada, de frondosa y variada vegetación y atravesada por multitud de arroyos es una ruta presidida en gran parte del recorrido por el Mulhacén (3.483 m) y la Alcazaba (3.371 m).
A pesar de las edades de los más pequeños Jaime, Rocio, Rafa y Patricia por debajo de los 6 años y de ir tirando como pudimos de Marina en su carrito, l
a subida se realizó a buen ritmo y pudimos con emoción contemplar la impresionante cañada con el Mulhacén al fondo que hizo que los esfuerzos merecieran la pena.
a subida se realizó a buen ritmo y pudimos con emoción contemplar la impresionante cañada con el Mulhacén al fondo que hizo que los esfuerzos merecieran la pena.El inicio fue descorazonador pues la importante subida y las piedras del suelo obligaban a llevar el carrito en volandas entre dos, pero pronto se suavizó la pendiente y se podía avanzar con el carro, los niños estaban muy emocionados más aún cuando avistaron un rebaño de cabras y cuando encontramos en mitad del camino un castaño centenario de grandes dimensiones, que se conoce como el abuelo.
Tras dos horas y media de marcha, eso si con una paradita en mitad para comer tortas de azúcar y pasas que trajeron Juan y Catalina, llegamos a un ensanchamiento del camino donde decidimos parar a comer, cada uno su bocata y a reponer fuerzas ¡qué andar da mucha hambre! Y si no que le pregunten a Rafa.
Los niños jugaron al ajedrez, Marina gateó un poco en su mantita y los mayores aprovechamos para charlar y reirnos del asombro de los montañeros al vernos con el carrito por esos caminos.
En fin que decidimos volver en busca de una café a la estación de Maitena y aunque alguno llego con los pies calados tras meterse en un rio disfrutamos de un lugar precioso con bajada a un estanque y entre anécdotas y comentando la belleza de la naturaleza en nuestra ruta, empezamos a planear la siguiente salida de la sección de senderismo del Club de Tenis los Olivos de Jaén, que ha empezado con buen pie.
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